Sus símbolos son la lechuza, la coraza o el escudo con la cabeza de Medusa, la lanza y el casco. Según el mito, Minerva salió de la cabeza de Júpiter cuando Vulcano se la abrió de un hachazo para curarle el dolor de cabeza.
Aunque es diosa de la guerra, no obtiene placer con las batallas, tal como lo hace Marte, sino que prefiere resolver las disputas y hacer valer la ley por medios pacíficos. Aunque siempre va vestida como un soldado, con coraza y casco, en tiempos de paz no lleva armas; cuando las necesita suele tomarlas de Júpiter. Es conocida su misericordia, cuando las votaciones de los jueces quedan igualadas en los juicios del Aerópago siempre da el voto decisivo en favor del acusado para conseguir su libertad.
Pero cuando toma parte en una batalla nunca pierde, incluso contra el propio Marte, porque domina la estrategia y la táctica mucho mejor que él, y los mejores estrategas acuden a ella para pedirle asesoramiento.
Minerva no fue la mujer de ningún Dios y no tuvo ningún parto normal. Y decimos ‘normal’ porque no parió como las mujeres humanas. Aunque muchos dioses, titanes y gigantes quisieron casarse con Minerva, ella rechazó siempre todas las insinuaciones.
Minerva no fue la mujer de ningún Dios y no tuvo ningún parto normal. Y decimos ‘normal’ porque no parió como las mujeres humanas. Aunque muchos dioses, titanes y gigantes quisieron casarse con Minerva, ella rechazó siempre todas las insinuaciones.
Algunos autores clásicos, como Calímaco, decían que Minerva era tan modesta como Diana pero más generosa. Ponen el ejemplo de las reacciones de ambas cuando un hombre las vio bañarse desnudas en un río. En el caso de Diana, al darse cuenta de que Acteón la había visto desnuda, lo transformó en ciervo e hizo que sus perros lo mataran y se lo comieran. En el caso de Minerva, en cambio, no hizo matar a Tiresias (el hombre que la había visto) sino que ‘simplemente‘ lo dejó ciego y le dio el don de la visión interior.
Sólo en una ocasión Minerva se dejó llevar por la venganza: la princesa de Lidia, Aracne, era una chica muy experta en el arte de tejer, pero también era vanidosa y dijo que ella era mejor que Minerva al telar. La diosa la retó en una competición a ver cuál de las dos hacía el mejor lienzo. Aracne tejió las aventuras amorosas no lícitas de los dioses mientras que Minerva tejió los castigos que los dioses habían inflingido a los humanos que los desafiaban. Cuando la diosa vio el lienzo de Aracne, lo destrozó y como castigo la transformó en una araña, para que se pasara el resto de su vida tejiendo.
Esta leyenda se cree que tiene raíces en la rivalidad que había entre Atenas y Creta. Se han encontrado varios sellos con el emblema de una araña en la ciudad de Mileto, que era la principal ciudad exportadora de tejidos de lana. Durante mucho tiempo controlaron el comercio de los tejidos por mar, así que Atenas tenía razones para sentir celos.